Innovar es en realidad un camino por el que todos deseamos transitar. Ser original, creativo, competitivo, exclusivo, único o diferente, son características siempre admiradas y reconocidas a todo nivel. Por ello, no deja de resultar seductora la idea de proteger y hasta ocultar las herramientas que nos hacen innovadores, ya que nos permiten mantener dicha posición.
¿Qué es innovar?
¿Qué es innovar?
Innovar básicamente es introducir algo nuevo dentro de algún proceso que ya existía. Sin embargo, no todo lo nuevo es innovador.
Incluso podemos cambiar y adoptar nuevas formas de hacer las cosas, pero todo sigue igual.
Innovar es cambiar alguna de las relaciones entre los principales elementos que dan lugar a dicho proceso. Parte de este cambio está sustancialmente ligado al hecho de que las personas, tecnología, comportamientos, gustos, entorno, competencia, canales, etc ¡no paran de cambiar!
Todos somos parte de la innovación
Cualquier empresa o sector industrial es el resultado de una serie de cambios e innovaciones sucesivas que fueron generadas por gente como usted o como yo y llevadas a cabo por empresas como la suya o la mía. Actualmente nada parece ser el final de un proyecto de innovación, incluso luego de implementarlo, la percepción de "haber llegado" puede ser la mayor limitante en una empresa para seguir optimizando su manera de hacer las cosas. Pensar que hemos llegado al máximo nivel y que las personas en algún momento dejan de ser creativas o dejan de buscar nuevas formas de hacer las cosas, es irreal.
La idea de producir innovadores sostenibles en el tiempo requiere de un sistema y una gestión que garanticen la innovación. Para ello es necesario, en primer lugar, establecer objetivos claros para incentivar la creación de ideas que posean un enfoque común y contribuyan a conseguirlos. Es importante entender que el valor de la innovación no está en evitar que te copien, sino en conseguir que todos te quieran copiar como lo explica Enrique Dans: "Ser innovador no es tener una idea y buscar vivir de ella en el futuro, sino tener una actitud que te permita tener esas ideas constantemente".
¿Cuál es el sentido de innovar?
Identificarse con el hábito de innovar, muy pronto te lleva a consolidar un sistema de mejora contínua, un mecanismo que actualice constantemente tu ventaja competitiva. Todo se encuentra relacionado en este escenario y no es que se innove y se deje de hacer marketing, sino que se hace marketing y a la vez se innova en él. La innovación te reta a salir de tu zona de confort.
¿Cómo lo conseguimos?
Una vez que entendamos que las personas son la principal fuente de innovación y que necesitan de un entorno que asegure la valoración de sus ideas-malas o buenas-, la consideración de sus opiniones, su inclusión en los procesos creativos y aún más importante, la motivación para innovar, podremos establecer las bases para gestionar la innovación. Para llevarlo a un terreno aún más entendible, vamos a enfocar este sistema desde un tema muy conocido por todos nosotros: las relaciones de pareja.
No es que tengamos que enviarle flores a nuestros colaboradores, ni cenar a la luz de las velas con nuestros clientes, pero "no puedes obligar a la gente a ser creativa, ni a realizar un esfuerzo extra que supone participar en la innovación, ni siquiera a desearla, como no puedes obligar a nadie a que te ame"(Juan Cano-Arribí), pero sí se puede propiciar una situación que posea todos los elementos para cortejar, seducir y enamorar a los protagonistas de ésta historia de amor llamada "Innovación".
Y como resume Juan Cano-Arribí en su post El amor es la respuesta: cómo la innovación y el amor juegan al mismo juego, si no eres un seductor por naturaleza, no te preocupes, se puede aprender... el amor tiene otras dos características que vamos a necesitar tanto en la gestión de la innovación como en el encaje de los resultados: la generosidad para seguir dando a pesar de algún desencuentro y el pensamiento positivo, que permite rodear obstáculos creativamente en busca de un fin que está más allá del problema.
Entonces, ¿nos atrevemos a conseguir relaciones duraderas y provechosas con nuestros colaboradores y clientes?
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