El futuro de mis hijos

La inclusión de la tecnología -cada vez más evidente- dentro de nuestras vidas, nos obliga a reflexionar acerca del alcance que tenemos como padres para asegurar aquello que, de ser nuestro anhelo, se ha convertido en un gran reto. Me refiero básicamente al deseo de entregarles un mundo en el que sean capaces de enfrentarse a la vida, conseguir sus metas, desarrollar sus capacidades, pero que a la vez mantenga vigente la necesidad de disfrutar de la familia, de los amigos, de las emociones en su estado puro y acaso de compartir una buena conversación sin tener que depender de la tecnología a toda hora.

En los últimos años hemos pasado rápidamente de compartir un café, con un amigo, de principio a fin; con relatos interesantes, historias, anécdotas y en donde cada minuto parecía disfrutarse colectivamente a vivir una realidad totalmente distinta en donde es normal interrumpir por espacios de tiempo cualquier charla o reunión -por muy importante que ésta sea- para desviar nuestra total atención hacia nuestros dispositivos tecnológicos que nos exigen con insistencia que respondamos un "sms", "tuit", "like", "inbox", "comment", "whatsapp", etc. que irónicamente nos permiten estar conectados y que a la vez nos desconectan -en tiempo real- de la realidad.

Sin duda, tenemos mucho trabajo que hacer para llegar a ser protagonistas en la vida de nuestros hijos e influir en su futuro con nuestras actitudes, hábitos y capacidad de priorizar el hecho de relacionarnos emocionalmente con otras personas. Quizás éste sea el escenario ideal para unir generaciones, tal vez deberíamos darle a nuestros hijos el título de "nuevos educadores" en materia de tecnología para que nosotros podamos disfrutar de ella tanto como nosotros deseamos que ellos disfruten de un simple juego de escondidas, chapadas o que compartan una sonrisa en vez de un "emoticon". Deberíamos preguntarnos ¿qué es lo que le enseñamos a nuestros hijos? e interiorizar que esa respuesta es exactamente lo que van a aprender. No debería ser tan difícil como parece, depende en gran medida de nosotros y de nuestro compromiso como guías y forjadores del capital humano del futuro, finalmente nuestros hijos mañana también serán padres y la idea es acortar la brecha generacional para poder transmitirles nuestra experiencia de niños, aquella en donde no existía el facebook, pero estaba el parque de la esquina y los álbumes familiares impresos y disponibles cuando llegaban las visitas el día domingo, aquella en donde no podías poner like, pero le decías a tus amigos: "que chevere tu foto" mirándolo a los ojos y en donde podías compartir desde una mirada hasta un abrazo, que por cierto tienen la mágica propiedad de convertirse en recuerdos que perduran en el tiempo y no se almacenan en un "timeline" o en la carpeta "vacaciones 2010".

La tecnología nos propone grandes cambios y con ellos grandes responsabilidades como seres humanos y como padres de familia. Quiero compartir con ustedes una visión muy interesante de la Dra. Pilar Sordo acerca de la educación de nuestros hijos en medio de la dependencia tecnológica actual y en donde ésta misma no es él mayor problema que existe al momento de educar. Espero lo disfruten y puedan opinar sobre él. Buen fin de semana.